Las salas de cine no solo son lugares en los que dejarse maravillar por una gran película, también han servido desde sus orígenes como punto de encuentro social. Porque “ir al cine” siempre ha sido una gran ‘excusa’ para ver a los amigos o concertar una cita. Por este motivo, son muchos los negocios que se retroalimentan del cine, empezando porque lo más habitual antes o después de ir a ver una película suele ser hacer unas compras o tomar algo en un bar o comer en un restaurante. Esta es la razón, por ejemplo, por la que los centros comerciales sitúan las salas al final de la última planta, de forma que los clientes antes de llegar puedan pararse en sus numerosas tiendas. Asimismo, tener salas de cine en el centro de las ciudades es indispensable para que se sientan vivas y los negocios de alrededor puedan ‘compartir’ clientes.
La realidad es que en el duro contexto pospandemia, los castigados cines han resistido mejor el embate que el comercio. Según FECE, en 2018 había en España 697 cines, 3.518 pantallas y 778 mil butacas y el año pasado se contaban 752 cines, 3.560 pantallas y 738 mil butacas. Una resistencia espectacular dado que la taquilla fue el año pasado un 16,5 inferior a seis años atrás. El aguante de los cines ha sido uno de los pocos botes salvavidas de un comercio muy castigado por la pandemia y el auge de la venta electrónica. Según UATAE (Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Empresas) desvelados el pasado marzo, España perdió en 2024 hasta 9.739 comercios, 26 diarios. En 2020, en plena pandemia, uno de cada cuatro comercios del sector textil cerró y no parece que estén reabriendo.
En esta crisis del comercio, que deja abandonados los centros comerciales y desluce a las ciudades sin sus bonitos escaparates y bares y restaurantes como centros de socialización, los cines reafirman su importancia como dinamizadores económicos mucho más allá del propio cine. Recientemente, los Cines Embajadores inauguraron sus nuevas salas en Santander, motivo que llevó a que la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, ofreciera su apoyo a la nueva programación de la sala y la colaboración para el impulso de actividades que contribuyan a diversificar y ampliar la oferta de ocio y cultural en el centro de la ciudad.
En el caso de los centros comerciales, la naturaleza social y gregaria de los españoles de momento ha evitado una debacle como en Estados Unidos, donde su espectacular derrumbe también es uno de los problemas a los que se ha enfrentado el sector de exhibición cinematográfica en ese país. En América, había 2.500 malls en los años 80 y el año pasado solo quedaban 700. Un declive pronunciado en el período de 2017 a 2022 con una pérdida de un 17% anual. En España, había 550 centros comerciales en 2017 y el año pasado sumaban 585, mostrando robustez con un crecimiento en ventas superior al 5 por ciento.
LOS CINES GENERAN RIQUEZA
La importancia de los cines para la buena salud del comercio queda clara en un informe publicado por FECE realizado en la época post-covid junto con la consultora KREAB que pone números al motor económico que suponen las salas de cine en España. Para ello, FECE realizó una comparativa mediante una tabla elaborada a partir de datos del INE que reflejaba el “efecto multiplicador” de cada sector sobre el conjunto de la economía. Estos datos ilustran que, por cada euro que genera el sector de la exhibición cinematográfica de manera directa, se generan 2,15 euros de manera indirecta debido a su efecto tractor en el resto de la economía (tabla 1). Así, según la información contenida en dicha tabla, la exhibición sería el 28º sector con mayor capacidad de generación de riqueza por cada euro que ingresa.
Al mismo tiempo, FECE tomó datos de una encuesta del British Film Institute que medía el impacto catalizador que el sector ejerce especialmente a través de la hostelería. Se estima que alrededor de 21,1 millones de espectadores visitan establecimientos de restauración cuando van al cine (un 20% de ellos, aproximadamente). Teniendo en cuenta el ticket medio de la hostelería, esto supondría un consumo de 103,9 millones de euros (tabla 2). Esto demuestra que el consumo en restauración de los espectadores (tabla 3) genera un efecto multiplicador que se traduce en 54,7 millones de euros en sueldos y salarios; 88,8 millones de euros en excedente bruto de explotación; 14,4 millones de euros en contribución fiscal, según datos de Hostelería de España.
Y no solo hay que tener en cuenta los impactos con origen en los asistentes al cine, pues el sector ejerce otro efecto tractor sobre la restauración en sus otros impactos, directos, indirectos e inducidos. Así, entre los proveedores de restauración el sector de la exhibición genera 30,2 millones de euros y en empleados 9,5 millones de euros. De hecho, un total de 2.470 empleos soportados en el sector de la restauración gracias al consumo que realizan los espectadores de cine. Esto equivale a 532 establecimientos de restauración que estarían manteniéndose gracias a los espectadores de cine, es decir, un 0,2% del total de los locales de nuestro país. En el caso de los centros comerciales, se acentúa su importancia en el impacto en otros sectores de consumo aparte de la hostelería.
Además, desde FECE señalan que, más allá del impacto que generan las salas, lo relevante es su significado para el tejido socio-económico donde se genera, apuntando hacia el componente local de estos datos. Nuevamente con datos del British Film Institute (tabla 4), se cifra un impacto regional de 1.651,2 millones de euros, de forma que entre el 43% y el 88% del impacto permanecería en la provincia o comunidad donde se genera. Asimismo, el impacto local se sitúa en 1.163,4 millones de euros, es decir, que entre el 42% y el 62% del impacto se quedaría en este caso en su propio distrito.
EL SECTOR CONTRIBUYE A GENERAR 10.500 EMPLEOS DIRECTOS
Finalmente, el estudio de FECE (tabla 5), analiza desde varios parámetros más el significativo impacto socioeconómico de las salas de cine. En primer lugar, concluye que el sector de la exhibición, a través de su efecto directo, indirecto, inducido y catalizador, contribuye a generar un valor añadido bruto de 1.876 millones de euros. Por su parte, por cada euro que los cines generan de forma directa, se generan 2,67 euros adicionales a la economía. En cuanto a los impuestos, tasas y cargas sociales, el sector realiza una contribución a las arcas públicas de 440 millones de euros, lo que equivale a la construcción de unos 145 colegios de 450 alumnos. Otras hipótesis extraídas del estudio apuntan a que el sector podría estar generando hasta un 30% de impacto adicional si se le suma su influencia en el comercio, transporte o en impuestos adicionales.

Tabla 5
En materia de empleos, un total de 32.681 trabajos están soportados por la exhibición a través del efecto directo, indirecto, inducido y catalizador. De ellos, el sector contribuye a generar 10.500 empleos directos. Y yendo a 2019, antes del Covid, el impacto de la exhibición cinematográfica en el mercado laboral fue equivalente al 0,17% del empleo total de aquel año, estimándose así que su impacto sostenía a 2.086 empresas. Mientras tanto, ese mismo año, el impacto del sector de la exhibición cinematográfica equivalía al 0,15% del PIB de España.
Además, si tenemos en cuenta el impacto total de la exhibición y el número de espectadores de 2019, el valor añadido bruto generado por cada espectador era equivalente a 17,77 euros. Por último, FECE también hace hincapié en la relación simbiótica de la exhibición con la producción y distribución, evidenciando que, allí donde la exhibición cinematográfica es fuerte, la producción y distribución también lo es, y viceversa. Así, económicamente el sector aporta 616,8 millones de euros al sector audiovisual.
El artículo ha sido publicado en el número de Box Office de mayo de 2025, que puedes descargar gratis o suscribirte para recibirlo.
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