La 82ª edición del Festival de Cine de Venecia, que se celebrará del 27 de agosto al 6 de septiembre, rendirá homenaje al legendario director alemán Werner Herzog entregándole el León de Oro Honorífico a la trayectoria:
«Me siento profundamente honrado de recibir el León de Oro Honorífico a la Trayectoria de la Bienal de Venecia. Siempre he intentado ser un buen soldado del cine, y esto es como una medalla a mi trabajo: Gracias», comentaba agradecido el director de Fitzcarraldo (1982) y Aguirre, la cólera de Dios (1972), entre otras. «Sin embargo, no me he jubilado», avisaba.
Y es que hace tan solo unas semanas, el cineasta terminó su documental Ghost Elephants, rodado en África, y se encuentra rodando en Irlanda su próximo film, Bucking Fastard. Asimismo, está desarrollando una película de animación basada en su novela The Twilight World y próximamente dará voz a una criatura en la próxima película de animación de Bong Joon Ho, por lo que su prolífica carrera aún se encuentra lejos de su final.
Alberto Barbera, director artístico del Festival de Venecia, describía a Herzog como «un cineasta físico y un caminante infatigable», afirmando que «cruza constantemente el planeta Tierra en busca de imágenes nunca antes vistas, poniendo a prueba nuestra capacidad de mirar, desafiándonos a comprender lo que yace más allá de la apariencia de la realidad y explorando los límites de la representación fílmica en una búsqueda incansable de una verdad superior y extática y de nuevas experiencias sensoriales».
«Nunca ha dejado de poner a prueba los límites del lenguaje cinematográfico, desmintiendo la distinción tradicional entre documental y ficción, y al mismo tiempo proponiendo una investigación radical de los temas de la comunicación, la relación entre imágenes y música, y de la infinita belleza de la naturaleza y su inevitable corrupción», añadía Barbera. A su vez, finalizaba su declaración catalogándole como el «último heredero de la gran tradición del romanticismo alemán» con una carrera que es «a la vez fascinante y peligrosa porque implica un compromiso total y ponerse en juego hasta el punto del riesgo físico, donde la catástrofe acecha constantemente».
Herzog se consolidó durante la década de los 70 como uno de los principales exponentes del cine europeo, fundando el denominado Nuevo Cine Alemán junto a otros cineastas de renombre como Rainer Werner Fassbinder. En su filmografía cuenta desde destacadas cintas de ficción como Señales de vida (1968) o Nosferatu, el vampiro (1979), hasta un importante legado de películas documentales como Grizzly Man (2005) o Encuentros en el fin del mundo (2007), por el que fue nominado al Oscar al Mejor Largometraje Documental.
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