Hay dos factores que nunca deben subestimarse en el mundo del cine y que, en muchos casos, marcan la diferencia entre el paso desapercibido de una película y el éxito de un título en la gran pantalla: calidad y cuidado. Dos elementos especialmente importantes para Yolanda del Val, directora del departamento de ficción de DeAPlaneta, como ella misma confirma en la entrevista de portada de este número de Box Office, y que son válidos para cualquier producción, ya sea internacional o española.
En primer lugar, la calidad. El público cinematográfico ha refinado sus gustos, y nuestro sector compite con un número creciente de actividades, tanto analógicas como digitales, que inevitablemente absorben el tiempo libre del espectador potencial. Por esta razón, la calidad artística de una obra es el verdadero motor para convencer al público de comprar una entrada. No debemos olvidar que el cine es un sector especialmente susceptible a las impresiones que deja en el espectador, y si una película “traiciona” las expectativas, quizás alimentadas por una campaña de comunicación poco “transparente”, se corre el riesgo de desencadenar un proceso opuesto a la fidelización y romper ese silencioso pacto de confianza entre distribuidor y espectador.
Y luego está el cuidado, que significa muchas cosas: una evaluación cuidadosa del plan de marketing, una colaboración minuciosa con los cines, la creación de eventos locales y una estrategia comercial para posicionar mejor una película, evitando “quemarla” y facilitando un crecimiento orgánico y exponencial. También significa componer un catálogo que tenga en cuenta todos los factores del mercado, evitando saturaciones, superposiciones de objetivos, y gestionando el título de manera que se maximice el potencial intrínseco de la obra.
Y, en algunos casos, trabajar en la sustracción, eliminando adornos y enfocándose en los puntos fuertes adecuados, puede ser más efectivo que añadir elementos a la estructura final. Obviamente, siempre evaluando el medio de referencia más adecuado entre la gran y la pequeña pantalla, porque no todos los títulos tienen la fuerza para imponerse en el cine y requieren caminos alternativos.
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