En estos últimos años, en España se han hecho importantes progresos en el camino hacia la igualdad de género en el sector cinematográfico. Como se puede apreciar en la historia de portada de este número de Box Office, son muchas las mujeres que trabajan en la industria audiovisual del país. Mujeres preparadas que contribuyen al crecimiento del sector.
Muchas mujeres, sí, pero siempre demasiado pocas. Lo pone negro sobre blanco el detallado informe redactado por CIMA – Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, donde se reporta que las mujeres suman solo el 38% entre los profesionales de la industria audiovisual, mientras que los hombres representan el 62%. Y como nos ha contado la presidenta de la asociación Guadalupe Balaguer, «en distribución y exhibición estas cifras aumentan en desigualdad. Los puestos ejecutivos poco a poco comienzan a estar ocupados por mujeres, pero en las grandes plataformas y cadenas, la mayoría de los altos cargos que toman decisiones siguen siendo varones. Sin embargo, estamos en un buen momento, cada vez somos más conscientes de la necesidad de llegar a la paridad, nos hemos empezado a dar cuenta de que el cine hecho por mujeres es muy bueno, tiene una gran acogida a nivel público y festivales. En este contexto, encaramos con optimismo la lucha por la igualdad».
Para un mercado cada vez más competitivo y más creativo, capaz de atraer aún más espectadores, es importante tener, por un lado, una mayor presencia de profesionales en los altos cargos de las sociedades audiovisuales, y por otro, más mujeres directoras para construir un imaginario diferente y más matizado de personajes femeninos con los que uno pueda identificarse. Poder contar con un mercado con más mujeres detrás de la cámara y con más mujeres en la “dirección” de las empresas que producen, distribuyen, promueven películas y las proyectan en sus salas es, en resumen, una riqueza – no solo económica – para todos.
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