Hay miradas que marcan una generación, frases que se clavan en la historia del cine, y actores cuya sola presencia redefine lo que significa interpretar. Robert De Niro es uno de ellos. Dueño de un estilo que va de lo silencioso a lo feroz en cuestión de segundos, recibirá la Palma de Oro de Honor en la ceremonia inaugural del Festival de Cannes 2025, un tributo a toda una vida consagrada al séptimo arte.
“Cannes es como volver a casa”, dijo De Niro, emocionado al conocer la noticia. Su historia está profundamente ligada a la del festival. Ya en 1976, con Taxi Driver, conquistó la Croisette junto a Martin Scorsese, quien se llevó la Palma de Oro.
Su debut en pantalla lo hizo con Brian De Palma en títulos como Greetings o Hi, Mom!, piezas clave para entender el nacimiento de un actor que traía en su ADN la bohemia y la furia de las calles neoyorquinas. En 1974 se transformó en el joven Vito Corleone en El Padrino II, papel que le valió su primer Oscar. Aquel fue solo el inicio de una carrera construida sobre la obsesión por el detalle, la transformación física y la entrega total al personaje.
Su tándem con Scorsese es de los más emblemáticos del cine moderno: Toro salvaje, Uno de los nuestros, Casino, El irlandés, Killers of the Flower Moon… En cada una, De Niro muestra una capacidad camaleónica que va del boxeador herido al mafioso calculador, pasando por el cómico desequilibrado de El rey de la comedia.
A lo largo de los años, supo reírse de su propia imagen en comedias como Los padres de ella o Una terapia peligrosa, y explorar nuevas fronteras como director en Una historia del Bronx o El buen pastor. También puso su nombre al servicio de causas sociales: tras el 11-S fundó el Festival de Cine de Tribeca para devolver la vida a Nueva York a través del arte.
El martes 13 de mayo, De Niro recibirá la Palma de Oro de Honor en Cannes. Y al día siguiente, compartirá su experiencia con el público en una masterclass en el Teatro Debussy.
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