El cine catalán está viviendo un momento de gloria comercial y de reconocimiento con el éxito de Casa en flames, El 47 y Wolfgang. Al frente de PROA, la Federación de Productoras Audiovisuales que representa al sector en Catalunya, València e Illes Balears, el presidente Ferran Cera celebra la apuesta de la Generalitat por apoyar el audiovisual aunque reclama que mejores las condiciones de contratación de TV3 y que no se confunda el presupuesto de cultura con el de política lingüística. Cera también preside la productora Visiona TV desde hace más de 30 años.
¿Qué es PROA, la asociación que preside, y cuáles son sus principales objetivos?
PROA es una federación con 213 socios, empresas audiovisuales. La mayoría tienen su residencia fiscal en Catalunya, la Comunitat Valenciana e Illes Balears. Estamos organizados de tal manera que tenemos cinco sectoriales: la asociación de ficción, entretenimiento, formatos televisivos, documentales, videojuegos y animación. Paralelamente, tenemos adheridas otras dos asociaciones audiovisuales, APAIB, de los productores de Balears, y Avant, valencianos. Los principales objetivos es sobre todo ser un foro de detección de problemas comunes para ser portavoces y solucionarlos con el objetivo de fortalecer la industria audiovisual a nivel estatal y hacerla más competitiva. No dejamos de ser un lobby que interlocutamos con ministerios, comunidades autónomas, televisiones, plataformas…
¿Cómo trabaja PROA y se coordina con las asociaciones de productores a nivel nacional?
Formamos parte de la Plataforma Audiovisual de Productoras (PAP) que está integrada por PROA pero también AECINE, PROFILM, DIBOOS y PIAF. Abordamos los temas comunes en los que existen las complicidades necesarias para fomentar la industria audiovisual. Para ello, nos reunimos de forma periódica, nos comunicamos e intentamos tener una única voz para presionar a los agentes que están regulando el sector.

Ferran Cera
¿Cuáles son los principales objetivos específicos y problemáticas de los productores catalanes, valencianos y de Balears?
Le hemos dedicado mucho tiempo a la ley estatal del cine, que sigue paralizada con muchas dificultades. Seguimos regidos por una ley de 2007 no queremos que la nueva sea una ley Frankenstein en la que más que tener en cuenta y respetar la personalidad de los diferentes géneros se intenta poner todo en la misma ley. Nosotros hemos hecho una serie de enmiendas. Somos de las pocas asociaciones que no estamos en contra de la ley aun reconociendo que no es la mejor. Las expectativas con el paso del tiempo y el retraso continuo no nos hacen ser muy optimistas. Creo que hay margen para mejorar la actual ley. Más pronto que tarde habrá un comunicado de la UE apremiando a que se cierre cuanto antes.
Hemos estado negociando con varias televisiones las convocatorias, ordenar el calendario, que sea concorde con las diferentes ayudas. Con TV3 llevamos quince meses negociando una nueva normativa de contratación. Tenemos también por delante la nueva ley de Comunicación Audiovisual en el Parlament de Catalunya. Además, tenemos el seguimiento y asesoría a las problemáticas y necesidades de las productoras negociando contratos, si consideran que las condiciones que se les imponen son excesivas desde el punto de vista de posición dominante por parte del operador o la plataforma, le damos asesoría jurídica y técnica para que tengan argumentos y ser competitivos.
En los últimos meses hemos visto muy buenos resultados de películas como Wolfgang, Casa en flames o la ganadora del Goya El 47. ¿Podemos hablar de un boom del cine catalán?
Creo que podemos hablar de una muy buena cosecha el año pasado del cine catalán, lo cual no quiere decir que el anterior no fuese también bueno. Es también consecuencia de una política muy acertada por parte del gobierno catalán, el anterior y también de éste de apostar por el audiovisual como la industria que mejor viaja, nos explica, nos hace proyectarnos al mundo… Esta política hace que los productores tengan cierta facilidad para construir y llevar a buen puerto sus productos. En cuanto hay mínima creencia en el sector, hemos demostrado que somos sólidos, fuertes y competitivos.
Wolfgang se ha estrenado en versión catalana en Catalunya y en castellano en el resto de España. ¿El doblaje puede ser una solución? ¿Usar la lengua catalana aún puede imponer barreras en el mercado español?
Te daré una opinión y subjetiva que seguramente no compartirán muchas personas del sector. Yo creo que el espectador siempre te escoge no por el idioma si no por la calidad. De la misma manera que cuando vas al cine vas a ver una película que te emocione y no piensas si es de este país o el otro. Si tenemos en cuenta que la gente te escoge por la calidad, no por la lengua, todo lo que sea facilitar el consumo de esos productos al público objetivo es positivo. Hemos demostrado que el catalán no es un problema ni en el mercado español ni en el extranjero. Estadísticamente vemos que los productos viajan muy bien y no nos penaliza.
La nueva Ley de Comunicación Audiovisual de Catalunya aún está pendiente en el parlamento catalán. Obliga a que haya un 51% de producciones sen catalán. ¿Qué opináis?
Se tenía que haber empezado a abordar el año pasado pero hubo una convocatoria sobrevenida de elecciones que lo paralizó. Estamos esperando en que este año se vuelva a abordar y queremos participar activamente. No tengo suficiente información debido a que está en una fase embrionaria sobre si se va a obligar a un 51%, un 70 o un 10. No tenemos una opinión fijada porque no hay la base para construir las enmiendas necesarias para que la producción catalana sea líder
¿Cree que existe una excesiva sobreconcentración en Madrid de la industria audiovisual española? ¿Eso puede provocar falta de profesionales o de servicios e instalaciones?
No es que yo lo crea, está estadísticamente probado que todas las televisiones estatales están en Madrid, con sede social y fiscal, tanto públicas como privadas, todos los operadores, las plataformas… Ha habido una política muy centralista. Por suerte hay una conciencia sobre la pluralidad de géneros, de miradas y de autores, que hace que hayamos podido crecer las productoras periféricas. Una mayor parte de las productoras que formamos parte de PAP no están en Madrid. Respecto a si esta concentración puede provocar falta de profesionales, servicios e instalaciones, en el caso de Cataluña y el País Vasco se ha hecho una apuesta estratégica gracias a la que nos podemos defender bien. Tenemos suficiente talento tanto técnico como artístico desde el punto de vista de infraestructuras como de creernos a nosotros mismos la capacidad. El problema muchas veces tiene que ver con las diferentes convocatorias de ayudas o mesas de contratación que si no están bien ordenadas tienen como resultado una concentración de producciones.
¿El cine catalán necesita menos productoras y más grandes?
No. Necesitamos más productoras y más diversidad de tamaños. Estamos fomentando diferentes miradas, de la mujer, del género, el edadismo, el territorio y la proximidad. Cuanta más variedad de tamaños y productoras, mejor. En cine y en los otros formatos hay una creciente demanda de audiovisual que hace que haya más productoras que se constituyen que cerrando.
De manera reciente, ha intervenido en el Parlament de Catalunya recordando el objetivo de gastar un 2% del presupuesto en cultura. ¿Cree que este compromiso está cercano a ser cumplido?
Actualmente estamos en el 1,5%. No es que lo crea, todos los grupos parlamentarios se han comprometido y lo esperamos para 2026. Se ha publicado en el Diario de sesiones. Por lo tanto, somos optimistas que sí. El problema está en la interpretación de qué significa cultura. Este Govern ha creado un nuevo departamento que es Política lingüística, que no depende de cultura si no de presidencia. Hay una corriente política que considera que Política lingüística tendría que estar dentro de ese 2 por ciento. En este sentido, todo el sector cultural, me refiero al cien por cien, organizados en la plataforma Actua cultura de la que PROA forma parte estamos de acuerdo en que no debe ser así. Tenemos reuniones muy activas para dejar claro que ese 2% para cultura es sin política lingüística.

Casa en Flames
El año pasado, el Govern elevó el presupuesto de CCMA a 1347 millones de euros en cuatro años. De estos, se destina dinero también a producción en cine. Usted ha protestado de que TV3 pide películas en catalán, pero no invierte suficiente. ¿Qué esta pasando?
De esos 1347 euros en cuatro años ya ha pasado uno. Hay una apuesta estratégica por el audiovisual. Protestamos a TV3 por una norma de contratación que nos penaliza a los productores porque nos tratan más como empresas de servicios que como una industria cultural audiovisual. Sus prácticas no siguen sus objetivos fundacionales y la ley vigente, desde un punto económico, de procedimientos y de derechos. TV3 aplica un criterio que va en contra de la apuesta de la Generalitat y su apuesta para fomentar el audiovisual de 1347 millones. TV3 aplica unas preferencias y objetivos que no son acordes con esa estrategia. Se lo hemos hecho notar. Les hemos mandado un documento de agravios con 23 puntos a corregir de los cuales 17 ya se han resuelto de manera favorable. Estamos avanzando pero seguimos encallados en tres puntos relativos a los derechos.
El ICEC gastó en 2023, último año con cifras oficiales, más de 34 millones en apoyar a la industria audiovisual catalana a los que se pueden sumar otros doce en otras áreas de ayudas. ¿Es suficiente? ¿Qué mejoras implementaría en el sistema de ayudas catalán?
El ICEC está haciendo una apuesta sólida. Entiende que el audiovisual es la industria cultural que mejor viaja y puede hacer de tractor a otras industrias culturales como la música o el tema editorial. La apuesta del ICEC se refleja en los resultados de El 47, Casa en flames o Wolfgang y otras producciones que están a punto de llegar y por las ventas internacionales que ya ha habido estamos seguros de que van a ir muy bien.
Lleva 30 años al frente de Visiona TV. ¿Cómo describiría la filosofía y objetivos de la empresa? ¿Cuáles han sido sus principales enseñanzas en estas tres décadas en el mundo audiovisual?
En 1993 constituí la empresa, tenía 23 años. Estábamos en un entorno muy diferente porque era analógico y hoy todo es digital, se habían estrenado recientemente las televisiones privadas. A nivel personal me lo he pasado muy bien. Hemos producido más de 50 formatos de televisión, una docena de películas, documentales, series… La enseñanza más importante en estos treinta años que hubiese agradecido que alguien me lo hubiese dicho cuando empezaba es que antes tenía una visión muy romántica y ponía la idea por encima del público objetivo, el cliente o el operador. Luego vi que no, que primero tenía que detectar las fortalezas y las debilidades, las tendencias y los hábitos de consumo del mercado. A partir de allí, cuando detectas la necesidad y conoces muy bien el entorno, puedes ofrecer un producto que el mercado demande.
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