El elemento rural y localista está dando de lo que hablar en la industria audiovisual nacional, tanto que muchos lo consideran una nueva moda. Los premios y festivales que se celebran en nuestro país están premiando últimamente a títulos que incorporan estos elementos. Ejemplo de ello son las últimas ganadoras del Festival de Cine de San Sebastián, O Corno, y de la SEMINCI de Valladolid, La imatge permanent. O bien la reciente lectura de las películas nominadas a los Premios Goya 2024, donde destacó la cinta 20.000 especies de abejas con 15 nominaciones.
Sin embargo, lejos de etiquetas, lo rural siempre ha sido un elemento del que ha tirado el cine español. Son muchos los directores consagrados que han viajado los parajes más desolados de nuestra geografía para rodar sus películas. En el siglo XX, una gran variedad de títulos con esta temática de fondo o bien como elemento principal destacaron en las salas de cine. Y es que el éxodo rural, por ejemplo, no solo es una problemática de los tiempos que corren hoy en día; ya durante las décadas pasadas fue un desafío que afectó a los españoles, y más si nos remontamos a películas ambientadas a principios de siglo en el contexto de la Revolución Industrial y la emigración a las grandes ciudades.
Un título muy importante para la historia del cine español es Surcos (1951), de José Antonio Nieves Conde, aunque en este caso la acción se trasladaba al Madrid de la posguerra, centrada en una familia que emigraba desde el campo buscando un futuro mejor. También Fernando Fernán Gómez viajó a un sórdido pueblo para rodar su thriller de culto, El extraño viaje (1964). O bien José Luis Cuerda, que con la también de culto Amanece que no es poco (1989), El bosque animado (1987) o La lengua de las mariposas (1999), entre otras, mostró siempre su interés por la vida de campo y su idiosincrasia en títulos con temáticas y géneros tan dispares. Los santos inocentes (1984), de Mario Camus, es otra legendaria cinta de nuestro cine que radiografió la España franquista y las relaciones entre campesinos y terratenientes.
Igualmente, Víctor Erice también viajó a pueblos de la España rural con El espíritu de la colmena (1973) y El sur (1983), dos títulos que son ya parte de nuestro patrimonio cinematográfico universal. Pedro Almodóvar ha mostrado siempre una obsesión por lo rural, plasmando en muchas de sus cintas la idea del retorno al pueblo desde la gran ciudad, como en La flor de mi secreto (1995) o Volver (2006).
Pero el tiempo pasa y eso lleva a una nueva generación de artistas también obsesionada por salir de las ciudades para retratar a las gentes de pueblo. Las temáticas universales como la emigración, la búsqueda del porvenir o la explotación de clases siguen presentes, pero las voces y puntos de vista son muy diferentes. Pese a que ya existía de antes, el término de «La España vacía» se ha popularizado en los últimos años, y con ella problemáticas en el contexto del siglo XXI que preocupan a los nuevos creadores, como el contraste entre la era super tecnológica en la que ya vivimos y la vuelta a las raíces, a lo familiar y tradicional, que puede encarnar el regreso al pueblo.
En este contexto, destaca el bombazo que supuso para las nuevas generaciones la publicación de Feria, de Ana Iris Simón, que representó muy bien las inquietudes y preocupaciones de las nuevas generaciones de creadores españoles y que desde luego, influenció en este nuevo renacer que vive el cine español.
¿Qué es lo más llamativo de estas nuevas cintas que lo diferencian de sus predecesoras? Hay dos aspectos fundamentales que explican un cambio de paradigma respecto a este fenómeno. Por un lado, el elemento localista, pese a no ser algo nuevo de nuestro cine, se ha enfatizado, predominando hoy en día muchos títulos grabados íntegra o parcialmente en lenguas cooficiales, algo que antes no era habitual; al igual que la clara apuesta por los acentos de la zona y no por el acento neutro, siempre presente en las películas, independientemente de dónde tuvieran lugar. Y por otro, la clara presencia de las voces femeninas, autoras olvidadas muchas veces en décadas anteriores y que cada día tienen más presencia en nuestro cine; en apenas unos pocos años, han sido muchas las películas estrenadas bajo estas nuevas miradas, en las que lo rural suele ser un elemento predominante.
A continuación, hacemos un repaso de exitosas cintas estrenadas durante los últimos que contienen algunos de los elementos mencionados:
- Estiu 1993 (2017), Carla Simón
Carla Simón debutó con esta película intimista y con claros tintes autobiográficos. Rodada en catalán, la directora plasmó en el tono realista y casi documental que luego le caracterizaría, su experiencia familiar cuando se fue a vivir con sus tíos a su casa en el campo después de la muerte de sus padres. Fue una de las grandes revelaciones del cine español de ese año y la Academia la seleccionó para representar a España en los Oscar. Obtuvo, además, 8 nominaciones a los premios Goya, llevándose 3 de ellos, incluido el de Mejor Dirección Novel para Carla Simón.
También se alzó en el Festival de Málaga con el Biznaga de Oro y el Premio Feroz de la crítica, certamen que suele promocionar las nuevas miradas del cine español y que últimamente tiende a premiar este tipo de películas dirigidas por mujeres y con una clara ambientación rural. El film, además, significó un punto de inflexión y dio pie a toda una generación de nuevas voces, la mayoría femeninas, que empezaron a irrumpir en nuestro cine.
- O que arde (2019), Oliver Laxe
Una de las cintas más llamativas del cine español de 2019 fue Lo que arde (O que arde), dirigida por Oliver Laxe -una de las pocas películas dirigidas por un hombre de esta lista-. El film, único en muchos aspectos, sigue muchas pautas que se seguirían repitiendo en muchas películas, pues está rodada en gallego, tiene un tono casi documental y plasma la vida de un pirómano que sale de la cárcel para irse a vivir con su madre en la aldea gallega en la que reside, apartada de todo lo que puede parecerse a una ciudad.
El tono documental se exacerba aquí al máximo ya que el papel de la madre lo hizo una actriz no profesional, Benedicta Sánchez, que obtuvo el Goya a la Mejor Actriz Revelación. De sus cuatro nominaciones a estos premios (incluida la de Mejor Película y Director), se hizo con el galardón a la Mejor Fotografía. La cinta de Laxe enamoró también en Cannes, alzándose con el Premio Un Certain Regard y el Premio del Jurado en la misma sección.
- Cinco lobitos (2022), Alauda Ruíz de Azúa
El año 2022 ha sido, hasta la fecha, el que probablemente mayor número de ejemplos de películas con estos ingredientes deparó. Una de ellas fue Cinco lobitos, un drama que nos acerca de nuevo a temáticas como la vida en familia y las relaciones maternofiliales. Rodada en español y euskera, la acción se traslada a un pueblo de la costa vasca al que viaja su protagonista, Amaia, interpretada por Laia Costa, junto con su pareja, pues acaba de dar a luz a su primera hija, y en el que busca, como madre primeriza, la ayuda de sus padres.
Cinco lobitos fue premiada en el Festival de Málaga con el Biznaga de Oro a la Mejor Película y al Mejor Guion. Contó con 11 nominaciones a los Premios Goya de esa edición, incluyendo las categorías principales; Laia Costa se alzó con el premio a la Mejor Actriz Protagonista, Susi Sánchez el de Mejor Actriz de Reparto y Ruíz de Azúa recibió el galardón como Mejor Directora Novel.
- Alcarràs (2022), Carla Simón
Carla Simón volvió a rodar en catalán su segunda película, cuya frontera entre ficción y documental se disipó todavía más, ya que a su ya característico tono le sumó un casting repleto de actores no profesionales, que se interpretaban a sí mismos como los habitantes del pueblo al que da nombre la película y donde transcurre toda la acción. Este drama rural familiar aborda muchas de las problemáticas de la España vacía, pues su acción se centra en las actividades agrícolas de la familia Solè -inspirada de nuevo en su propia historia familiar- , que se enfrenta a la que puede que sea la última cosecha ante la llegada de unas placas solares que desafían en futuro de sus propiedades.
El recorrido internacional de la película fue todo un éxito, recibiendo Simón el Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival de Berlín, premio que no recibía un cineasta español desde Mario Camus con La colmena, hace casi 40 años. Alcarrás recibió también tres nominaciones a los Premios del Cine Europeo y 11 a los Premios Goya, aunque no se llevaría ninguno.
- As bestas (2022), Rodrigo Sorogoyen
Otro de los pocos directores hombres de la lista es Rodrigo Sorogoyen, que el mismo año que Cinco lobitos y Alcarràs estrenó As bestas, un film que tiene un tono totalmente antagónico al de las citadas, pero que no dista mucho en lo que a sus temáticas se refiere; especialmente con Alcarràs, con la que compartió favoritismo en la 37ª edición de los Premios Goya. Ambas se centran en la vida de la España vacía en el marco de los nuevos desafíos a los que se enfrenta, con la transición energética como telón de fondo, pues las comarcas en las que transcurren ambos títulos combaten la llegada de unas placas solares al pueblo y los problemas que estas generan en su día a día.
En este caso, como es habitual en el director, la película está narrada en clave thriller político, pero ambientada esta vez en una aldea del interior de Galicia y rodada, en gran parte, en gallego. As bestas no solo fue un éxito de taquilla, también recibió 16 nominaciones a los Premios Goya, obteniendo, entre otros, el de Mejor Película, Director, Guion, Actor y Actor de Reparto. Internacionalmente también tuvo notoriedad, alzándose con el Premio César a la Mejor Película Extranjera.
- Cerdita (2022), Carlota Pereda
Carlota Pereda debutó con Cerdita abordando temáticas como el sobrepeso y el bullying que suelen recibir las personas que lo sufren en la adolescencia. Esta cinta, que combina el thriller y el terror con el drama rural, traslada su acción a un pequeño pueblo de Extremadura y narrado sin renunciar al marcado acento del lugar, aborda de forma llamativa esta cuestión. Además, la película está abordada de forma inusual y original, ya que se inspira en el subgénero de las películas slasher americanas. Pereda optó al Goya a la Mejor Dirección Novel en aquella edición, y su protagonista, Laura Galán, consiguió hacerse con el de Mejor Actriz Revelación.
- El agua (2022), Elena López Riera
Elena López Riera también debutó como directora con esta cinta con la cual optó también a Mejor Dirección Novel y a Actriz Revelación. Ambientada en verano en un pequeño pueblo del sureste de España, la cinta mezcla el costumbrismo y el drama rural con un lirismo muy singular, lo que le valió convertirse en uno de los estrenos españoles más llamativos del año. La película también tuvo su paso por Cannes en la Sección Quincena de realizadores.
- Suro (2022), Mikel Gurrea
La última película con esta temática que figuró en la categoría de Mejor Dirección Novel de esa edición de los Premios Goya fue la del debutante Mikel Gurrea. El film, rodado en catalán, abordó nuevas problemáticas de la España vacía, en la que en este caso, una pareja joven hereda una explotación de corcho en la zona del Alt’Empordà. Su protagonista, Vicky Luengo, logró una nominación en la categoría de Mejor Actriz.
- 20.000 especies de abejas (2023), Estibaliz Urresola Solaguren
Llegamos al presente con la gran favorita de la próxima edición de los Premios Goya, con 15 nominaciones en su haber. Urresola Solaguren debutó con este título rodado en euskera y español y que transcurre en un pueblo del País Vasco Francés. En ese lugar, la cinta mezcla temáticas habituales como la España vacía, la vida familiar y las relaciones maternofiliales, con las infancias trans, al narrar la historia de Lucía, una niña que busca su identidad de género durante el verano que pasa en su casa del pueblo junto a su familia materna, dedicada a la apicultura. El largometraje viajó también a la Berlinale y Sofía Otero, la niña que interpreta el papel principal, obtuvo el Oso de Plata como Mejor Actriz protagonista. También se hizo con el Biznaga de Oro en la última edición del Festival de Málaga.
- Matria (2023), Álvaro Gago Díaz
Otra de las películas destacadas de este año y que optan al premio Goya en la categoría de Mejor Dirección Novel es la del debutante Álvaro Gago, uno de los pocos hombres de la lista y el único de este año. Con Matria, el director aborda la precariedad laboral y personal en la que vive sumida su protagonista junto a su hija en un pueblo de la costa gallega. Rodada en gallego ,y de nuevo, bajo el prisma del drama familiar y los problemas actuales a los que se enfrenta la España vacía, la cinta obtuvo en Málaga el Premio a la Mejor Actriz, que recibió su protagonista, María Vázquez, quien figura también como nominada a los próximos Premios Goya en la misma categoría.
- O Corno (2023), Jaione Camborda
Esta cinta rodada en gallego y ambientada en la localidad de la Isla de Arosa, en Pontevedra, fue la última ganadora de la 71ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Su directora, además, logró un hito al ser la primera mujer directora española en recibir la Concha de Oro. Se trata de un nuevo drama rural ambientado en la Galicia de 1971, en la que su protagonista se ve obligada a dejar atrás su pueblo para cruzar la frontera portuguesa a través de sus rutas de contrabando. Sin embargo, la cinta no figura entre las nominadas a los Premios Goya en las categorías principales; tan solo su protagonista, Janet Novás, opta al de Mejor Actriz Revelación.
- La imatge permanent (2023), Laura Ferrés
El último largometraje de la lista es el de la reciente ganadora de la Espiga de Oro en la SEMINCI de Valladolid, de la directora Laura Ferrés, que ya ganó en 2017 el Goya al Mejor Cortometraje Documental por Los desheredados. Con su primera película, que escribe junto al consagrado Carlos Vermut y rueda en catalán, Ferrés dirigió este drama rural que se ambienta en un pueblo del sur de España, donde una madre adolescente desapareció hace 50 años. De cara a los Premios Goya de 2024, La imatge permanent consiguió tan solo una nominación en la categoría de Mejor Canción Original.
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