Actores sí, pero también productores

Leonardo Di Caprio, Emma Stone, Margot Robbie en Hollywood o Santiago segura y Penélope Cruz en España, cada vez más estrellas han decidido abrir sus propias productoras para realizar las películas en las que actúan, pero no solo: es una manera de tener más control sobre sus carreras, y también de capitalizar su fama e imponer una nueva idea de cine que desafíe los cánones establecidos por la industria.
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En el Top 10 global de películas con mayores ingresos en 2023, tres comparten una característica común: son producidas por sus actores protagonistas. El caso más destacado es el de Barbie de Greta Gerwig, fuertemente impulsado por Margot Robbie, quien trabajó durante seis años para llevar a cabo el titánico proyecto con su compañía de producción LuckyChap, fundada en 2014 junto a su esposo Tom Ackerley y su amigo Josey McNamara. Pero en el quinto lugar de la taquilla también está Fast X, producida al igual que las películas anteriores de la saga por la productora One Race de Vin Diesel, quien abrió la productora en 1995; y en la octava posición se encuentra Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1, producida por el propio Tom Cruise con su empresa TC Productions.

No se trata de casos aislados, parece que los actores y las actrices que han decidido abrir sus propias productoras, desde Leonardo DiCaprio hasta Jessica Chastain, desde Brad Pitt hasta Emma Stone, son numerosos los ejemplos, y sus proyectos son cada vez más centrales en el mercado cinematográfico mundial. La mayoría se centra en producir películas en las que también actúan, pero muchas estrellas colocan la actividad de producción al mismo nivel que la actuación. Y no se trata solo del placer de dar forma a sus propios proyectos de manera (casi) independiente. La mayoría, de hecho, se inclina por correr riesgos y desafiar los cánones impuestos por los grandes estudios. También hay un esfuerzo por reducir la brecha de género en los roles protagónicos de Hollywood, un desafío que sobre todo las actrices productoras se han tomado muy en serio.

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Margot Robbie

En el principio estaba Mary Pickford, la diva del cine mudo fue una de las primeras en convertirse en productora al cofundar United Artists en 1919. Un siglo después, Margot Robbie fundó LuckyChap con el objetivo específico de favorecer proyectos dirigidos por mujeres en los que el personaje femenino no fuera siempre subordinado al protagonista masculino. La primera película producida fue Tonya en 2017, con la propia Robbie como protagonista, seguida por Una joven prometedora de Emerald Fennell, donde la actriz no aparece pero que es un verdadero símbolo del girl power (de la misma Fennel, LuckyChap también ha producido la provocadora Saltburn).

El megaéxito de Barbie ha consolidado la empresa, que ahora cuenta con trece empleados y alrededor de veinte proyectos en marcha, incluyendo una precuela de Ocean‘s 11 en la que Robbie y Ryan Gosling serán, según rumores, los padres de Danny Ocean (el personaje de Clooney en la saga de ladrones), y Naughty de Olivia Wilde. Robbie desempeña un papel operativo y quiere estar en copia en cada correo electrónico. LuckyChap, según declaró a Variety, “tiene debilidad por las actrices que se convierten en escritoras y directoras como Olivia, Greta, Emerald y Megan Park”. Y ella será seguramente una de las próximas en ponerse detrás de la cámara.

Por su parte, Emma Stone también decidió trabajar con su esposo, Dave McCary, fundando en 2020 la productora Fruit Tree y asegurándose un contrato de distribución con A24, la principal compañía de cine independiente a nivel mundial. Muchos actores-productores se comprometen a ayudar a otros actores que quieren debutar como directores. Fruit Tree lo hizo con la primera película de Jesse Eisenberg, Cuando termines de salvar el mundo, antes de producir la serie The Curse y la sorprendente Pobres Criaturas, que, además de ganar el Globo de Oro como mejor comedia y por la actuación de Stone, también le ha dado un Oscar a la actriz. Todos son proyectos, en resumen, con una gran dosis de inconformismo y experimentación, que probablemente habrían tenido dificultades para encontrar el favor de los grandes estudios. Las estrellas más cotizadas, por lo tanto, cuando sus carreras ya son sólidas, sienten la necesidad de dar un paso más: convertirse activamente en defensores de sus proyectos artísticos para atreverse con roles complejos (el personaje de Bella Baxter que interpreta Stone en Pobres Criaturas es un ejemplo claro) que pueden también abrirles el camino hacia los grandes premios.

EL PIONERO BRAD PITT

Una historia interesante es la de Plan B Entertainment, la productora que Jennifer Aniston fundó en 2001 con su entonces esposo Brad Pitt: después de la separación, él tomó las riendas, produciendo películas ganadoras de Oscar como 12 años de esclavitud, The Departed, Moonlight, Érase una vez en Hollywood, pero también Troy y la próxima Beetlejuice 2. Mientras tanto, ella abrió Echo Films con la cual produjo una de las series más exitosas de los últimos años, The Morning Show.

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Robert Downey Jr. junto a su esposa y coproductora Susan Downey

Entre las productoras familiares también se encuentran la Team Downey de Robert Downey Jr. y su esposa Susan, que realizó Las aventuras del Doctor Dolittle, El juez y la serie de HBO Perry Mason en la que el actor no aparece. Y luego está la Brownstone Productions de Elizabeth Banks, fundada con su esposo Max Handelman, que produjo la famosa trilogía juvenil Dando la nota y ahora la película El club de las luchadoras con la nueva estrella Ayo Edebiri, además de las películas dirigidas por Banks, como la última versión de Los Angeles de Charlie (2019).

Entre las primeras en capitalizar su éxito como actrices para debutar en la producción se encuentra Drew Barrymore, quien con gran clarividencia a los veinte años, en 1995, dio vida a Flower Films. Con esta compañía, produjo las primeras películas de Los ángeles de Charlie, así como títulos icónicos de culto como Donnie Darko y comedias románticas como 50 primeras citas, que la actriz interpretó y coprodujo junto a Adam Sandler.

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Adam Sandler

También Sandler, por otro lado, tiene su propia compañía de producción, la Happy Madison Productions, especializada en comedias y romances, no solo aquellas en las que es protagonista (como El clan de los rompehuesos, Os declaro marido y marido, Jack y su gemela, Garra) sino también clásicos de la risa de los años 2000 como ¡Este cuerpo no es el mío! y Los calientabanquillos.

Otras veteranas en la producción son Natalie Portman, quien fundó Handsomecharlie Films en 2007, produciendo películas fuera de lo común como Orgullo y prejuicio y zombis, y Nicole Kidman, que con su Blossom Films reinventó efectivamente su carrera televisiva con gran éxito con series como Big Little Lies, The Undoing, Nine Perfect Strangers y la próxima serie Expats.

UN OSCAR PARA THERON

Charlize Theron apostó con perspicacia por Monster, la primera película producida por su Denver & Delilah Productions, dirigida por la debutante Patti Jenkins, que le valió el Premio Oscar como Mejor Actriz Protagonista en 2004. Pero de su factory también salieron El escándalo (Bombshell) de Jay Roach y la serie Mindhunter.

Jessica Chastain ha realizado con su Freckle Films todos sus éxitos más recientes, como la película Los ojos de Tammy Faye, que le valió el Oscar como mejor actriz en 2022, la serie George & Tammy y la próxima Mother’s Instinct de Benoît Delhomme: todas historias de mujeres controvertidas con rol protagónico.

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Jessica Chastain

Quizás la más centrada en el papel de productora sea Reese Witherspoon: en 2000 fundó Type A Films, que en 2016 se fusionó en la nueva compañía Hello Sunshine, produciendo títulos variados y cruciales como Alma salvaje de Jean-Marc Vallée, Perdida de David Fincher y, junto con sus colegas, las series Big Little Lies y The Morning Show.

Todos aseguran que cuando se producen películas en las que también se hace de protagonista, la relación con el director se complica. Por ejemplo, para asumir el papel de Barbie, Margot Robbie trató, dos semanas antes del rodaje, de separarse de la producción y en lugar de liderar el proyecto, se dejó guiar por Greta Gerwig. Sin embargo, según declaró, nunca dejas de ser realmente productor, ni siquiera en el set. “Como actor, generalmente tienes que adaptarte al personaje que te presentan y estás a merced del proceso de producción”, dijo Emma Stone. “Como productor, en cambio, puedes apoyar a los autores de manera más significativa, no ser solo un engranaje de la máquina”.

Después de todo, se trata de estrellas que a menudo constituyen, con su sola presencia, casi todo el valor de producción de una película: así que, todos pensaron, mejor tener también un control directo como productores. Y la elección de abrir sus propias compañías puede protegerlos de contratiempos en sus carreras desde el punto de vista financiero. Su audacia y compromiso ya están cambiando Hollywood.

ACTORES Y PRODUCTORES ESPAÑOLES

En España, no son pocos los actores que se han pasado a la producción, aunque con muy diversos grados de implicación. El caso más conocido sin duda es el de Santiago Segura, que es a la vez el director, actor y productor más exitoso de España. Tras una serie de cortos de terror underground, en 1998 Segura logró un éxito espectacular con Torrente, el brazo tonto de la ley, en la que creaba a un personaje, el policía fascistoide, medio tonto y a pesar de todo, tierno, que ya forma parte del imaginario popular español. Era una película de pequeño presupuesto y rompió la banca al atraer a más de 3 millones de espectadores y recaudando más de 10 millones de euros que actualizados serían más de 20.

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Santiago Segura

A partir de la segunda parte, titulada Misión en Marbella, rodada tres años después con mucho más presupuesto que la primera, Segura comienza a producirse a sí mismo a través de Amiguetes Enterntainment, una compañía fundada años atrás junto a Juan Dakas, quien también participó en la producción del primer Torrente. Durante los siguientes años, Amiguetes produce las siguientes, y exitosas, tres partes protagonizadas por el icónico personaje. Además, la productora también produce otras películas como la comedia El oro de Moscú (2003), El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo (2004), protagonizadas, pero no dirigidas por Segura o Tensión sexual no resuelta (2010) que obtuvieron notables resultados de taquilla.

A partir del final de la saga “torrentiana”, Segura emprende un nuevo rumbo artístico, finiquita Amiguetes y comienza a producir con su nueva socia María Luisa Gutiérrez, productora ejecutiva de sus anteriores películas, una serie de comedias de gran éxito con la marca Bowfinger. Arrancan con Sin rodeos (2017), que supera los 4,5 millones de euros, y el boom llega con la saga Padre no hay más que uno, cuyas tres partes han recaudado más de 33 millones de euros. Además, Bowfinger ha producido otras películas como las comedias familiares A todo tren: Destino Asturias y su secuela, Vacaciones de verano (2023) o Me he hecho viral (2023) a sumarthrillers como Lobo feroz (2023)o películas juveniles como El hombre del saco (2023).

Segura es sin duda el actor-productor más activo de España pero no es el único. Penélope Cruz, tras participar como productora independiente en cinco películas de tipo autoral a las que “bendecía” con su propia presencia como la italiana Volver a nacer (2013), la sátira Competencia Oficial (2021) como productora ejecutiva, o el drama social En los márgenes (2022), acaba de dar un paso crucial en esta dirección al fundar junto a The MediaPro Studio la productora Moonlyon, anunciada en julio del año pasado. De momento, ha anunciado dos proyectos con esta nueva aventura. Por una parte, Days of Abandonement, que dirigirá Isabel Coixet y protagonizará Penélope Cruz, basada en una novela de Elena Ferrante. Por la otra, también ha comunicado que ella misma está dirigiendo un documental, su debut tras la cámara, sin concretar el tema, que estará finalizado dentro de dos años.

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Penélope Cruz

Un astro del cine patrio como Antonio Banderas también ha producido 11 largometrajes, tanto en España como Estados Unidos en registros muy distintos. Arrancó como productor independiente con la comedia “indie” de Estados Unidos White River Kid (1999), que protagonizaba junto a Bob Hoskins. Su productora, Green Moon, con sede en Málaga, su ciudad natal, nace en 2003 muy ligada a la producción de la primera película de Banderas como director, El camino de los ingleses (2006). En el catálogo de Green Moon, películas muy variadas como las producciones españolas de animación, en colaboración con Kandor Graphics como El lince perdido (2008) y Justin y la espada del valor (2013) o thrillers futuristas como Autómata (2014). Sus últimos trabajos como productor han sido la serie para Amazon sobre cantantes y músicos españoles Escena en blanco y negro, presentada por él mismo, y en calidad de productor ejecutivo, la película Competencia Oficial (2021), junto a Penélope Cruz.

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Antonio Banderas

Más activo en los últimos tiempos, tiene en cartera dos proyectos, Akil, que dirigirá él mismo, un drama sobre inmigración ambientado en España protagonizado por Melanie Griffith, y el thriller The Monster of Florence, basada en un best seller, que protagonizará él mismo. Eso sí, los volverá a producir él solo ya que Green Moon no figura por ninguna parte como productora.

Otro astro patrio, Javier Bardem, también ha dado pasos en la producción, siempre en películas de temática social o en las que tenga una implicación personal. Con siete películas producidas, surgen títulos como el documental Invisibles (2007), donde se mostraban diversas zonas del globo azotadas por la miseria; otro documental como Sanctuary (2019) sobre el deshielo del Ártico, o Bigas x Bigas (2016), dedicado al director de cine Bigas Luna, con el que trabajó en varias ocasiones. Como productor se ha implicado en solo dos largometrajes de ficción, Los lobos de Washington (1999) y Loving Pablo (2017).

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Javier Bardem

Actor popular gracias a la televisión, Paco León obtuvo en 2012 un gran éxito como productor con su primera película como director, la comedia de bajo presupuesto Carmina o revienta. Desde entonces, ha producido también su secuela, Carmina y Amén (2014) y la serie para Movistar Arde Madrid (2018), hasta la fecha su última producción aunque ha dirigido más películas. Finalmente, Luis Tosar ha participado como productor en cuatro películas en las que también participa como actor como 18 comidas (2010), Crebinsky (2011), Operación E (2012) y Los fenómenos (2014) así como la cinta de animación experimental Psiconautas (2015).

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